Jugar es moverse: cómo favorecer el desarrollo motor a través del juego

Nov 12, 2025 | Fisioterapia infantil

El juego es mucho más que una forma de entretenimiento: es la herramienta natural a través de la cual los niños exploran, aprenden y desarrollan sus habilidades motoras. Cada salto, carrera o gesto aparentemente espontáneo tiene un propósito en su maduración física, cognitiva y emocional. Favorecer el desarrollo motor mediante el juego no solo mejora la coordinación y el equilibrio, sino que también fortalece la confianza, la autonomía y el vínculo con los demás.

El valor del juego en el desarrollo motor

El juego es el lenguaje del movimiento. A través de él, los niños practican y perfeccionan los patrones motores que les permiten desenvolverse en su entorno. Además, el juego estimula la creatividad, la planificación, la resolución de problemas y la interacción social.

El desarrollo motor se divide en dos grandes áreas:

  • Motricidad gruesa: movimientos amplios del cuerpo, como correr, saltar, lanzar o trepar.
  • Motricidad fina: movimientos precisos y coordinados, como manipular juguetes, encajar piezas o dibujar.

Ambas se desarrollan de forma complementaria, y el juego es el mejor escenario para estimularlas de manera natural.

Etapas del juego y habilidades motoras asociadas

0 a 1 año

  • Juegos sensoriales y de exploración: tocar, sacudir, llevar objetos a la boca.
  • Favorecen la coordinación ojo-mano y el control postural.

1 a 3 años

  • Juegos de movimiento libre: empujar, arrastrar, apilar, correr o bailar.
  • Desarrollan el equilibrio, la marcha y la fuerza muscular.

3 a 6 años

  • Juegos simbólicos y de imitación: simular roles, construir, saltar, lanzar o trepar.
  • Mejoran la coordinación, la planificación motora y la expresión corporal.

6 años en adelante

  • Juegos reglados y deportivos: carreras, escondite, pelota, bicicleta.
  • Favorecen la agilidad, la cooperación, la precisión y la resistencia física.

Beneficios del juego activo para el desarrollo motor

  • Fortalece músculos y articulaciones.
  • Mejora la coordinación, el equilibrio y la postura.
  • Favorece la percepción corporal y espacial.
  • Estimula el sistema nervioso y las conexiones cerebrales.
  • Fomenta la autonomía y la autoconfianza.
  • Reduce el sedentarismo y mejora el bienestar emocional.

Cómo favorecer el desarrollo motor a través del juego

  • Ofrecer espacios amplios y seguros para moverse libremente.
  • Permitir que el niño explore su entorno sin excesivas limitaciones.
  • Proporcionar materiales simples que inviten al movimiento: pelotas, aros, cuerdas, bloques, cajas.
  • Fomentar juegos en el suelo, el parque o al aire libre siempre que sea posible.
  • Evitar el uso prolongado de pantallas, ya que reducen el tiempo de actividad física.
  • Participar en el juego: los adultos son modelos y compañeros de movimiento.

El papel del fisioterapeuta pediátrico en el juego

El fisioterapeuta pediátrico puede orientar a las familias sobre cómo adaptar los juegos al nivel de desarrollo del niño. A través de la observación y la valoración motora, propone actividades lúdicas que estimulan el movimiento de manera adecuada y segura.

Cuando el niño presenta dificultades motoras, el tratamiento mediante el juego terapéutico se convierte en una poderosa herramienta para motivar, corregir patrones y potenciar sus habilidades.

En resumen

Jugar es moverse, y moverse es crecer. El juego no solo entretiene, sino que impulsa el desarrollo integral del niño. Fomentar espacios de juego activo, libre y variado es una forma sencilla y efectiva de acompañar su evolución motora y emocional. A través del juego, los niños aprenden a conocer su cuerpo, su entorno y sus propias capacidades.