El desarrollo motor infantil: señales de alerta y cuándo acudir al fisioterapeuta pediátrico

Nov 4, 2025 | Fisioterapia infantil

¿Qué es el desarrollo motor?

El desarrollo motor infantil es el proceso mediante el cual los niños adquieren el control y la coordinación de sus movimientos corporales. Este proceso abarca desde acciones simples —como levantar la cabeza o sujetar un objeto— hasta movimientos complejos —como correr, saltar o montar en triciclo—. Su evolución depende de factores neurológicos, sensoriales, emocionales y ambientales, y aunque sigue una secuencia predecible, cada niño avanza a su propio ritmo.

Se distinguen dos grandes tipos de habilidades motoras:

  • Motricidad gruesa: movimientos amplios que implican grandes grupos musculares (girar, sentarse, gatear, caminar, saltar).
  • Motricidad fina: movimientos más precisos que requieren coordinación (coger objetos, pasar cosas de una mano a otra, dibujar, usar utensilios).

Más que comparar con otros niños, lo importante es observar el progreso individual de cada pequeño y su evolución global.

Principales hitos motores (orientativos)

  • 0–3 meses: Levanta la cabeza boca abajo, mueve brazos y piernas de forma simétrica.
  • 4–6 meses: Sostiene la cabeza, se voltea, lleva objetos a la boca.
  • 6–9 meses: Se sienta sin apoyo, comienza a arrastrarse o girar sobre el suelo.
  • 9–12 meses: Gatea, se pone de pie con apoyo, da pasos laterales.
  • 12–18 meses: Camina solo, empuja o arrastra juguetes.
  • 18–24 meses: Sube escaleras con ayuda, corre, patea una pelota.
  • 2–3 años: Salta, se mantiene en un pie, mejora la coordinación.
  • 3–5 años: Pedalea un triciclo, lanza y atrapa pelotas, sube y baja escaleras alternando pies.

Señales de alerta en el desarrollo motor

Aunque cada niño evoluciona a su ritmo, existen signos que pueden indicar un retraso o alteración motora y que justifican una valoración especializada.

En los primeros 6 meses:

  • No mantiene la cabeza erguida a los 3 meses.
  • Escasa movilidad o rigidez excesiva.
  • No sonríe ni reacciona ante estímulos visuales o auditivos.
  • Mantiene las manos cerradas constantemente o no explora con ellas.

Entre los 6 y 12 meses:

  • No se voltea ni se apoya sobre los brazos estando boca abajo.
  • No se sienta sin apoyo hacia los 9 meses.
  • No gatea ni muestra interés por alcanzar objetos.
  • Uso preferente de un solo lado del cuerpo.

Entre el año y los 2 años:

  • No gatea, no se pone de pie o no intenta caminar.
  • Tropieza o cae con frecuencia.
  • Muestra torpeza o dificultad para coordinar movimientos.
  • No realiza gestos sencillos como señalar o aplaudir.

A partir de los 2 años:

  • Camina de puntillas de manera constante.
  • Tiene dificultad para subir escaleras, correr o saltar.
  • Retraso en habilidades motoras finas (encajar piezas, dibujar, abrocharse).
  • Evita juegos que implican movimiento o coordinación.

¿Cuándo acudir al fisioterapeuta pediátrico?

Es recomendable consultar con un fisioterapeuta pediátrico cuando:

  • El niño no alcanza varios hitos motores esperados para su edad.
  • Los padres o educadores notan movimientos anómalos, torpeza o asimetrías.
  • Existen antecedentes neurológicos, prematuridad o partos complicados.
  • El pediatra sugiere una valoración especializada.

El fisioterapeuta pediátrico:

  • Evalúa el tono muscular, reflejos, coordinación y equilibrio.
  • Analiza la calidad y simetría de los movimientos.
  • Diseña un plan individualizado de estimulación o tratamiento.
  • Orienta a la familia con pautas para aplicar en casa y en el entorno escolar.

La importancia de la detección e intervención tempranas

La intervención precoz es clave. Cuanto antes se identifique una dificultad, mayores serán las posibilidades de aprovechar la neuroplasticidad del cerebro infantil y mejorar el pronóstico motor. El tratamiento temprano no solo potencia las capacidades del niño, sino que también guía a la familia para fomentar su desarrollo en casa de forma activa y positiva.

Consejos para favorecer el desarrollo motor en casa

  • Ofrece un entorno seguro donde el niño pueda explorar libremente.
  • Evita el uso prolongado de hamacas o andadores, que limitan el movimiento natural.
  • Fomenta el juego en el suelo, especialmente el tiempo boca abajo (tummy time).
  • Proporciona juguetes adecuados a su edad que estimulen la coordinación ojo-mano.
  • Celebra cada pequeño logro: la motivación impulsa el desarrollo.

Cada niño sigue su propio ritmo, pero conocer los hitos y señales de alerta permite detectar a tiempo posibles dificultades. El fisioterapeuta pediátrico es un aliado esencial para acompañar el desarrollo motor infantil, prevenir retrasos y ayudar a que cada niño alcance su máximo potencial de forma saludable, activa y feliz.