Muchos niños perciben y experimentan el mundo de maneras muy diversas: algunos buscan constantemente movimiento, otros se sobresaltan ante ciertos ruidos, algunos tienen dificultades para mantener el equilibrio o coordinar sus movimientos, mientras que otros muestran una sensibilidad diferente al tacto o al juego. Estas variaciones forman parte de lo que hoy entendemos como neurodiversidad, una visión que reconoce que no todos los cerebros funcionan igual… y que esa diferencia no es un problema, sino una característica natural de la condición humana.
En este contexto, la fisioterapia pediátrica juega un papel clave. Desde un enfoque respetuoso y funcional, acompaña a niños con TEA, TDAH, parálisis cerebral u otras neurodivergencias, potenciando su autonomía, bienestar y participación en su entorno. La finalidad no es “corregir” al niño, sino ayudarle a desarrollarse a través del movimiento, respetando su ritmo y necesidades.
¿Qué es la neurodiversidad y cómo se relaciona con la fisioterapia pediátrica?
La neurodiversidad plantea que cada niño posee una forma única de procesar la información, moverse y comunicarse. Por ello, la intervención fisioterapéutica debe ser completamente individualizada.
La fisioterapia pediátrica desde la mirada neurodiversa no se centra únicamente en “normalizar” un patrón motor, sino en:
- Facilitar la participación activa del niño.
- Fomentar la autonomía en actividades del día a día.
- Respetar sus necesidades sensoriales.
- Crear un entorno seguro y comprensible que facilite el aprendizaje.
El fisioterapeuta pediátrico evalúa la motricidad, postura, equilibrio, coordinación, así como las respuestas sensoriales del niño para diseñar un plan que conecte con sus intereses y motivaciones.
Fisioterapia pediátrica en niños con TEA
Los niños con Trastorno del Espectro Autista pueden presentar dificultades en integración sensorial, coordinación motora y planificación del movimiento. La fisioterapia busca mejorar la conciencia corporal, facilitar la autorregulación y favorecer el equilibrio y la postura.
Intervenciones habituales:
- Actividades con estímulos táctiles, vestibulares y propioceptivos.
- Juegos corporales que facilitan la interacción y la expresión no verbal.
- Rutinas predecibles para aumentar la seguridad y la atención.
- Trabajo interdisciplinar con logopedia y terapia ocupacional.
Este abordaje ayuda a mejorar la participación en el juego, la autonomía diaria y la relación con el entorno.
Fisioterapia pediátrica en niños con TDAH
En el TDAH, la inquietud motora y la dificultad para mantener la atención pueden interferir en la vida diaria. La fisioterapia actúa como una herramienta para canalizar esa energía de forma funcional.
Estrategias frecuentes:
- Circuitos motores que combinan coordinación, equilibrio y control postural.
- Actividades rítmicas que estructuran la atención.
- Técnicas de respiración consciente y relajación.
- Rutinas guiadas para mejorar la organización y la autorregulación.
Estos ejercicios favorecen la concentración, reducen la impulsividad motora y mejoran la participación escolar y social.
Fisioterapia pediátrica en parálisis cerebral
La parálisis cerebral implica alteraciones en el control del movimiento y la postura debido a una lesión neurológica en etapas tempranas del desarrollo. Aquí la fisioterapia tiene un papel fundamental:
- Previene deformidades musculoesqueléticas.
- Mejora el control postural y la movilidad funcional.
- Potencia la fuerza, el tono y el equilibrio.
- Favorece la participación en actividades sociales y escolares.
Tipos de intervención:
- Técnicas de facilitación neuromotora.
- Estimulación sensorial.
- Adaptaciones posturales y ayudas técnicas cuando son necesarias.
- Orientación a las familias sobre manejo diario y posicionamiento óptimo.
El acompañamiento a las familias: un pilar fundamental
La fisioterapia pediátrica no se limita a trabajar con el niño; es un proceso compartido con la familia.
El fisioterapeuta orienta, explica y facilita herramientas para que los cuidadores comprendan cómo apoyar al niño en su día a día.
Esto incluye:
- Recomendaciones posturales.
- Ideas de juegos motores.
- Estrategias sensoriales para la regulación.
- Acompañamiento emocional en el proceso de aceptación de la neurodiversidad.
La participación familiar mejora de forma significativa los resultados de la intervención.
Un enfoque respetuoso centrado en las capacidades
La fisioterapia pediátrica, desde una mirada neurodiversa, valora cada movimiento como una forma de comunicación. La intervención se centra en potenciar lo que el niño sí puede hacer, ofreciendo alternativas y apoyos que mejoren su calidad de vida.
Acompañar a un niño con TEA, TDAH o parálisis cerebral implica:
- Observar sin juicios.
- Adaptar el entorno a sus necesidades.
- Crear oportunidades de participación real.
- Celebrar cada pequeño logro.
La meta es que cada niño pueda expresarse y desenvolverse de forma segura, autónoma y feliz.
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En Neuro Diver Granada acompañamos a niños y familias desde el respeto, la evidencia científica y una mirada centrada en la neurodiversidad. Si deseas una valoración, apoyo profesional o tienes dudas sobre el desarrollo motor de tu hijo/a, estamos aquí para ayudarte.
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